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30 de Enero, 2010
· Liderazgo |
Liderazgo promotor |
 Muchas veces nos hemos encontrado con personas con capacidades innatas para la dirección de grupos que tienen una extraordinaria forma de hacer que las personas hagan lo que él o ella pretende. Pueden ser personas, no necesariamente con extraordinarias capacidades formativas o que hayan agotado complicados procesos de instrucción. Pueden ser personas con regulares niveles de formación (de hecho, es importante una buena formación) con particulares características personales como: afabilidad, amabilidad, disposición, colaborativos, comprometidos, sociables, entusiastas, visionarios, desprendidos, etc. que logran contagiar a las demás personas con sus propósitos.
Por otro lado, tenemos personas con supuestas condiciones académicas, nivel de instrucción óptimo e incluso elevado, que no cumplen con los requisitos básicos presentados someramente en el párrafo anterior.
Estas personas, suelen estar en posiciones de interés que ven frustradas sus aspiraciones de conducción y no dan los resultados que se espera de ellos.
Pero, al revisar esas características, salta la pregunta de si es suficiente tener esas características y a partir de ellas, lograr impactar en las demás personas. La respuesta es NO.
No es suficiente tener esas condiciones elementales sino que además de ello, es necesario construir una cultura de liderazgo que rebote en los demás con el fin de que los dirigidos, terminen convirtiéndose en los nuevos líderes que la sociedad necesita.
Uno de los principales problemas de la mayoría de las agrupaciones políticas por ejemplo, es precisamente ese detalle. Los supuestos líderes se confían demasiado en sus capacidades de convocatoria y arrastre y se apropian de la posición de conductores poniendo en riesgo el futuro de sus proyectos.
Para evitar esto, se recomienda que desde los niveles más sencillos de la sociedad hasta los más trascendentales, se establezca una cultura de promoción del liderazgo con el claro propósito de ganar nuevos protagonistas en su actividad.
Para lograr esta renovación de líderes, es necesario PERMITIR que las personas se atrevan a desafiar el status quo de sus entornos, que lo cuestionen líbremente con un claro objetivo: TRANSFORMARLO POSITIVAMENTE.
No es recomendable limitar la actuación de los dirigidos por el simple hecho de que se tiene una persona responsable de conducir los destinos de una organización o sociedad. Eso es peligroso para la continuidad y/o permanencia del proyecto.
Dejemos abierta la puerta a la iniciativa, la crítica, el replanteamiento progresista y veremos empresas, organizaciones, instituciones y sociedades modernas y en permanente proceso de progreso y transformación.
Una mente libre, es una mente capaz de transformar. Walther Maratuech
Hasta la próxima
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publicado por
wmaratuech a las 17:08 · 2 Comentarios
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Comentarios (2) ·
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Walter, felicitaciones por tu blog!!
eres simplemente un campeon ¡¡¡te quiero muxo ¡¡¡¡¡
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Me propuse iniciar este blog con la intención de compartir y recibir información interesante alrededor del tema de la competitividad empresarial.
Los tiempos actuales exigen sin duda, que las empresas conciban formas creativas y prácticas para alcanzar la tan deseada competitividad. Ser competitivo no es un asunto únicamente relacionado con el aspecto financiero como muchos creen...es algo más que una cifra final...es lograr permanecer en el mercado exitosamente.
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